Si en algún momento León usted se cruza con mis notas se dará cuenta que cada día, me encuentro más distante de la realidad de esta ciudad. Sabrá de mi amor eterno por la misma, pero existen detalles que me alejan todos los días de sus aconteceres. Sueño con regresar a mis aventuras y acompañado hoy con duendes amigos, seres pequeños pero tan dulces que trajeron alegría de la más pura a mi alma. Otras de mis sombras es un pequeño pulgoso que me sigue a luz y sombra, amigo con palabras tapadas con mi eterno lujo de ser feliz; perdón Lambert sigue estando a mi lado en las noches para compartir alguna bebida espirituosa, este animal, perdón, esta alma de los cielos con su plumaje verde amarillo, se convierte por momentos en vigía, amigo, borracho, pero es pájaro de confianza total. Aparecerá también el Fantasmita que se debe encontrar con alguna de sus amantes, hasta hacerla gritar de placer. Luego continúa todo igual, pero me encuentro dando los últimos toques a mi nave, la cual pretendo hacerla volar sobre las nubes. La realidad de nuestro antiguo puerto se mezcla maliciosamente, el ambiente negro de sus gobernantes, sus caga tinta en especulaciones de pasillo y usted bien sabe. Me duele perder amigos, pero cada uno elige su camino y he tomado ya la misma. Lo que va a suceder en tierra ya lo viví y nada cambiara, los temas casi no me interesan; tan solo me importa es vivir. Más adelante ira conociendo mis amigos que se subirán a la nave, falta poco para prepararla, luego pintare la misma de algún color que se mescle con los barcos de todas las coronas en el mundo, para quitarles sus más preciados sueños y barriles que junto a la marinería se encuentre. Mis marinos están pasando momentos aciagos sufriendo el crudo invierno que nos atosiga, buscaremos luego el calor de zonas tropicales que tanto nos hace sufrir. Bien León, lo felicito por sus logros que sigo día a día y deseo que la suerte siempre lo acompañe.
Santiago Luis Demaria
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