Encuentros

Como le va Capitán?, a lo lejos saluda mi grandioso hermano de aventuras; por donde anduvo pregunto, mientras el Fantasmita aun agitado sube la escalera de proa. Y yo reiniciando mi viaje en búsqueda de aventuras y de paz, necesito tranquilidad para reactivar mi vida, como dicen los chicos jóvenes hoy, a cargar mis pilas. Opa Capitán, que lenguaje maneja hoy un eterno guerrero del mar. Si amigo me encuentro pleno pero intoxicado de convivir con gente que carece de moral y el poco sentido que tienen sus expresiones y Usted porque lecho se ha quedado dormido. Mire Capitán usted lo ha de saber en tierra la gente se encuentra preocupada solo por el vil dinero y el marido de una de mis amantes fue abandonada por un tipo que lo único que podía ser, era trabajar de día y noche, tuve que ocuparme de sus necesidades más básicas y vivía con ella, mejor dicho habitaba su lecho a toda hora. Ya mi cuerpo necesita un poco de relajamiento y regreso a mi hogar, si usted me lo permita. Prefiero el combate cuerpo a cuerpo por barriles de ron y el secuestro momentáneo de una hija de la Corona Inglesa, que estar al servicio solo de una dama extasiada por hacer el amor en todo momento, si bien he muerto hace siglos, la pasión que mantengo sigue intacta. Se ha sumado Lambert también y un gran amigo que he ganado un pulgoso perro abandonado que solo buscaba amor e interés de mi parte. Y cuál es su nombre Capitán? Lo llamo Malbec, es solo un placer tenerlo cerca. Y León por dónde anda Capitán?. León continua con su pluma alerta, persigue solo la verdad, averigua y se encuentra a la búsqueda de la verdad de los ámbitos por donde circula muy seria y maneja los destinos del prójimo. Es así que me dedicare a estar en el sitio en donde nunca tendría que haber abandonado. Arreglo nuestro barco, pero esta vez nos brindara nuevas posibilidades. Cuando la mar se encuentre muy enojada, levantaremos vuelo y navegaremos sobre las nubes, cada día más cerca de las estrellas. Arrímese amigo, viene bajando Lambert y hay varias botellas para brindar por nuestro reencuentro. Santiago Luis Demaria