domingo, 1 de abril de 2018

Mi fe son mis amigos


El hombre nace en la fe, crece y descubre en cada esquina que tal cosa no es del todo razonable. Digamos que hablo por mí y solo por mí. Sabe  León que mi fe relativa se activa a mi Dios, ese flaco al que consulto muchas veces y me responde al oído. Camina a mi lado y trata de mantenerme seguro, mantener la ética indispensable como por circular por el mundo sin joder a nadie en particular.
Al hablar con Usted muchas veces trato de contener su odio desmedido hacia algunas cosas o personas que lo rodea, sé que en algunas oportunidades tiene usted razón, otras creo que por momento el odio no le permite razonar con libertad.
Inicie esto dado que este fin de semana se da para la fe, por lo menos para aquellos que la  profesan antes sus iglesias cosas que usted sabe que no comparto. Persuadido estoy que estos hombres y mujeres que forman parte de las mismas, se encuentran subsidiados por el Estado y la situación de la gente no da para mantener vagos y en algunos proxenetas, hecho doloroso para cualquier para cualquier persona.
Por tal motivo y algunos más, no comparto en mi caso a la Iglesia Católica, ni que los sacerdotes sean cargos profesionales.
Mis compañeros de aventura son vagabundos, pero sinceros en el caso del Fantasmita continua siendo promiscuo, ama a las mujeres ajenas y solo les hace el amor mientras duermen, es tierno y caballero, no resulta agresivo ni las maltrata , al finalizar la noche amorosa las cubre con una manta y regresa a la nave. Mi otro compañero de aventuras Lambert, un Loro Francés con gustos simples como la buena Champaña y fiel relator sobre quienes nos pretenden atacar y alterar nuestra primitiva paz.
Y Usted, escritor y poeta, pluma clara y pura que al leer algunas de sus páginas de lujo nos traslada al éxtasis espiritual. Mis amigos son mi religión y mi fe mi Dios, ese flaco que no posee bienes materiales y que jamás habita grandes palacetes convertido en Catedrales. Jamás ellos hablaron desde el pulpito ordenando con su clases de moral a fieles que lo único que buscan es vivir en paz.
Esos señores enviaron a la muerte a inocentes que solo pretendían cubrir sus necesidades espirituales, estos tipejos solo hacen discursos que nunca cumplieron.
Mis amigos y mi Dios no realizan proselitismo político, no se mueren por sacarse fotos no querían con delincuentes, los cuales en un tiempo pasado se cansaron de despreciarlo.
Ellos no vivirían en Castillos imponentes, mientras la gente cada día es más pobre, jamás compartirían banquetes con vajilla de plata, mientras en los barrios ni agua corriente tienen.
Nunca opinan sobre la política de los pueblos, ellos son humildes; juntos bebemos lo que tenemos y comemos lo que pescamos. Ellos son mis amigos, los otros los curas son personas que desconozco.


Santiago L Demaria

No hay comentarios.:

Publicar un comentario