Y mientras
continuamos con el viaje que nos aleje de estas costas, presenciamos ya los
primeros escarceos de la política interna de una Ciudad que en sus tiempos fue
feliz. Mi querido y admirado Jorge Lanata nos decía que éramos testigos de la
felicidad ajena y mucha razón tenía. Tal cual nos mencionaba Foucault en una de
sus charlas se necesitan para lograr el
poder tres partes asimétricas, el que ostenta el poder, el destino del poder y
la presión sobre sus súbditos. De este tema le querría hablar estimado León.
Por donde se manejaría el poder hoy en esta tribu, se supone que es una pulseada entre dos ancianos los cuales no pueden partir a ningún punto debido a su estado en general.
Por donde se manejaría el poder hoy en esta tribu, se supone que es una pulseada entre dos ancianos los cuales no pueden partir a ningún punto debido a su estado en general.
Mencionemos
una pulseada entre Lambert bebido y el Fantasmita luego de una noche de
parranda. Ambos se encuentran vencidos antes de iniciar la competencia, como apoyo
popular la mesa se encuentra medio circundada por una variada hinchada de variado
pelaje y sin estirpe alguna.
A uno le pondremos
el apodo de “El Gallego “”, con un peso indefinido por haberse deglutido a varios Intendentes en su vida. El
rival llevaría el apodo de el “Zorro “, no por ir en un indómito caballo negro,
sino por moverse lentamente y estar convencido de ser un cazador de animales exóticos.
Antes de
sonar la campana del inicio del combate se mencionaran los jueces y el árbitro
del combate, podrá escuchar el apellido Baragiola pretendiendo subirse al ring
en cualquier momento a imponer su ley. También un tal Rodríguez hará su fuerza,
no hemos de olvidar al enviado de la Provincia de Buenos Aires Guillermo
Montenegro el cual viene de una cruel derrota en manos de Pose en la Localidad
de San Isidro. Limpiando con un trapo viejo la humedad del cuadrilátero algún PJ
intentara salvarse del peso de la Ley, sinceramente León no entiendo que en las
afueras del estadio se encuentra detenido a la espera, un carro de traslado de
detenidos.
En la
oscuridad del estadio me encuentro saludando a gente que siempre va colgada del
ingreso al bondi, pero siempre se queda afuera. Según parece una mano dura fue
recibida por el “Gallego “, pues entre gallos y medianoche se llevaron
prolijamente los carteles que alimentaban su ego eterno; indudablemente este
hombre esta sentido pero, continuara a la espera, hombre de paciencia y de sillones
mullidos, en los cuales varios rivales
entregaron su alma al diablo mismo. Esto recién se inicia y en uno de los
rincones del lugar, solo por ahora Fiorini y Abad precalientan para su futuro
enfrentamiento.
Hay varios León
que pretenden la corona, pero uno solo la tendrá y estoy convencido que
mientras “El Gallego “aguante ha de ser difícil destronarlo. Este y otros
motivos me lleva a observar estos acontecimientos desde estribor saboreando
unos langostinos a la espera de alguna sorpresa.
Santiago L
Demaria
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