martes, 14 de agosto de 2018
Existe la posibilidad que algún día lleguemos a ser un país normal, cientos de miles de personas lo soñamos, algunos miles nunca más lo verán. Un país en que los medios no te saturen de información sobre todo tipo de corrupción existente en tanto y en cuanto desde el Virrey Cisneros nos viene afanando.
Despertar una mañana y encontrar que la gente te saluda sin llevarte puesta pues se encuentra mirando el celular, que no te puteen desde el colectivo pues ellos siempre tienen prioridad y son más grandes. Los títulos de los diarios destilan sangre en el medio de puñaladas, violaciones y moto chorros, sumados a quienes informamos y corremos por cualquier noticia a cambio marte o de notoriedad o monedas, el caso es lo mismo.
Quizás nos lleve por delante algún fenómeno climático, que algún loco apriete el famoso botón y estalle todo, o tal vez nos amaremos en forma febril apoyados en cualquier umbral.
Cambiaran el gusto de la pizza de mozzarella por soja amarillenta, la birra se venderá en sachet de plástico y el obelisco encogerá de tanta lluvia. Todo puede pasar, quizás algún político sea decente algún día y el caballo de San Martin sea rosado.
Cientos de cámaras de televisión debajo de la lluvia, esperando que suceda algo, la mayoría no sabe pero algo se espera , una ex Presidenta salió corriendo minutos antes que le allanen, algo que es de ella, que antes fue de otro quien se lo cedió a un tercero, pero ahora es de ella. Aparecen choferes de Remises declarando ante un Juez, uno más y otro; será que la Señora también tenía una agencia de Remises truchos y nadie lo sabía?.
Quiero un país normal, escuchando a Serrat y Sabina en tanto se me cante, que los que me tienen que brindar un servicio me lo brinden bien, que mi cable y mi internet, no sean , del mismo tipo que es dueño de Mar del Plata, ni del NH pues su hijo el motonauta menemista se lo halla casi regalado.
Amo estar pescando frente al mar y no ver que el Club de Pesca con el cartel de Quilmes, navegue rumbo al sur, las playas limpias. Amaría que las aguas del mar se encuentren contaminadas, mientras un suave sol llama a la siesta.
Quiero un país normal y una ciudad también, mi Ciudad aquella que elegí para vivir y morir en ella, no quiero piqueteros violentos que les rompan las pelotas a los comerciantes, automovilistas y a cualquiera que circule por las calles.
Bien , quiero que vivamos en paz.
Santiago L Demaria
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