Desde 1886 a la fecha ha pasado mucho tiempo y
mucha agua bajo el puente. Aquellos dirigentes los cuales se jugaban la vida
por sus trabajadores, se convirtieron en empresarios y ladrones de sus
afiliados. Sus afiliados dejaron sus luchas y se convirtieron en simples
carneros de los señores que día a día los vendieron por monedas sucias ante los
patrones que nunca dejaran de existir.
La pobreza
del obrero fue sumando penurias y desencuentros, más los dueños de los
Sindicatos inician al mismo tiempo un posgrado de crecimiento acelerado que,
sin abandonar la traición juntos con los
Empresarios, suman sus negocios sucios con todos los Gobiernos de turno.
Y los pobres
más pobres y los Sindicalistas más ricos. Hace algunos años debido a mi
actividad he tenido la oportunidad de conocer alguno de los frutos de estas
asociaciones entre Gobiernos, Empresarios y Sindicalistas.
En el hipódromo
de San Isidro me mostraron un fantástico Stud de caballos de carreras, los cuales
demostraron en el mundo de la hípica toda su sangre de Campeones. Sorprendido
por la calidad de la caballeriza se me ocurrió
preguntar de quien era tamaña hermosura. Sin dudarlo me respondieron de Lorenzo
Miguel, uno de los gordos más famosos del Sindicalismo.
Desde
aquella Chicago a esta mescla de ladrones mucho tiempo y pocas nueces. Algunas
muertes si, la de Ignacio Rucci la de Timoteo Vandor y otros, que si no
entraban en la tramoya de los actuales; la famosa CGT fracturada y sin valor,
sus dirigentes pendientes de lavar sus causas de enriquecimiento ilícito y
perseguidos por diferentes organismos estatales en búsqueda de más capitales
robados.
Por lo
pronto no hubo escuela de dirigentes sindicales, solo se fueron sumando y
agregando a sus familiares más cercanos al robo en banda.
Claro que
existen brigadas de muchachos que desconocen el pasado y por los famosos
derechos laborales rompen todo a su paso, patotean a sus propios compañeros que
solo quieren trabajar en paz.
En pro de la
lucha a favor de los pobres portan banderas con las fotos del CHE, tomándolo prestado
en lugar de la bandera Argentina, la cual debería unirnos para siempre a todos. Realizan actos los
muchachos en defensa de los pobres Jubilados, siendo que ellos fueron
despedidos con justa razón por haber ingresado por la ventana para gastar y
hacer el trabajo publico mayor y procurar destruir al país de la mano de
Cristina, gran amiga de mucho de esos famosos Sindicalistas.
Estos hoy
solo quieren desconocerla para no quedar pegado a sus delitos, pero la Justicia
sigue jugando a las escondidas y no perjudicar a quienes durante años los han
favorecido a cambio de sucio dinero por sus sentencias.
Y los pobres
más pobres y los Sindicalistas a la espera de juicio oral para bañar sus penas.
Hoy respaldado por las leyes Sindicales continúan en un poder desgastado y vacío de moral.
Santiago L
Demaria
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