miércoles, 22 de agosto de 2018
Si fuese tan simple sobrevivir en esta maraña de violencia, todos podríamos ser felices. Quizás intentar ordenarnos y ser una sociedad organizada y es posible lógralo. Sentarme a escribir estas líneas se me hace cada día más inoportuno, más duro e incómodo. Yo que escribo poemas y muchas veces cuentos de Piratas, que trato de navegar en mi imaginación tendré que bajar al lodo y mezclarme con la chusma, la cual, a base de gritos intentan continuar siendo mantenidos por el Estado. Por esta vez y vaya a saber con qué intenciones, acelero sus pasos. Pues tienes que dudar de todo y de todos.
Es el país de la duda, todos nos engañamos o ingresamos en la madeja absurda de la mentira absurda. Tampoco esa madeja es tan irregular, el concepto está claro; unos roban y otros cual si fuesen peones en el juego de ajedrez, transportan el usufructo de estos robos. Sumado a ellos Empresarios de gran nivel, han bajado a niveles poco creíbles.
La ambición no tiene límites y la desfachatez tampoco, gente con conocimientos profundos para lograr avanzar en sus emprendimientos, hoy logran conocer lo más bajo de los estamentos sociales, hoy relatan cómo loros sus verdades de aquello en lo cual colaboraron para lograr la perfección en sus robos, pero dentro de las cárceles.
Cárceles compartidas por gente que la vida no los ha tratado bien, llenos de odio y con deseos de venganza. No comparten esos lugares por ahora, solo por ahora más el solo caminar por las calles de sus Ciudades se les hará imposible. Le sucedió a Gustavo A Pulti en la noche de ayer, quienes a viva voz sus conciudadanos lo trataron de ladrón y les pedían que reintegren el valor de lo robado. Hoy todo un Partido político está señalado, aquel que el General creo apoyándose entre la vida y la muerte de quien más llego al pueblo. Hoy sus cabecitas negras, se convirtieron en mantenidos de la Corona, o en simples Payasos de un Circo triste. Que belleza fue navegar bajo la luna llena, mantener nuestros diálogos rodeados de la briza marina y convertir junto a Lambert toda la bebida existente, soñando con playas lejanas.
Ya he renunciado a la mediocridad en que Usted León, sé que lo hace por vocación y para olvidar sus dolores los cuales se encuentran en su corazón herido de muerte. Pero estos tipejos están enfermos por sucios billetes y bastardos mantenidos a través de Planes Sociales. Son solo escoria la cual se levanta con la pala para luego arrojar los deshechos al tacho en donde se encuentra la basura.
Poco debe importarnos, cualquier bandera se bajaría ante la vergüenza de ser fundada por los antepasados de estos personajes absurdos. Estos no son representantes de nadie, aquellos que hoy se encuentran sentados en las bancas de nuestro Congreso Nacional; estos son simple títeres de un titiritero atroz que siempre lucro con ellos.
Que La Patria los recuerde, que en sus tumbas se den vuelta y no logren descansar en paz.
Santiago L Demaria
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