Un llamado
de altera la paz en que me encontraba, el teléfono sonaba en una noche que se
reflejaba en los empañado de los vidrios. Resulta duro
el invierno en este lugar del mundo. Del otro lado sonaba una voz conocida era
Remil.
Parece que
el rápido escape del bar no lo amilano, el Comandante se encontraba enfrascado en
una desigual lucha con dos de sus perros a la vez observando una revista porno.
León de La Vid miraba con detenimiento el cielo raso tratando de encontrar el
perfil de algún amor ido hace años. Capitán, necesito hablar con usted a la brevedad,
me encontrara en una hora en La Rambla “Confitería La Paris”, vaya solo y trate
de que nadie sepa donde va.
Mire de
soslayo la situación y en cada lugar de la casa se respiraba paz y armonía; no
considere molestar a nadie y respondí secamente, en una hora estaré allí y
corte.
Charly como
Comandante algo imagino, pero ante mi silencio no opuso resistencia, ni se enteró
León enfrascado en sus temas y Lambert en voz baja me dio su punto de vista. Capitán
si esto resulta ser una emboscada deberé llegar primero y estudiar la situación,
yo iré con usted. Le comente, Lambert hemos viajado cuatrocientos Kilómetros desde Buenos Aires para eludir a
estas mafias y parece que nos están siguiendo yo seré el responsable de aclarar
todo esto. Correcto Capitán, seremos dos para cubrirnos; gracias amigo.
Me vestí rápidamente
coloque mi Glock en la cintura y partimos; llovizna, frio y dudas resbalaban en
mi rostro cerca de las dos cuadras antes Lambert partía en vuelo rasante para
no ser captado por testigos. Al caminar me asaltaban las dudas, para que “mierda”
me quiere este tipo, tuvo la oportunidad de disparar en el bar y yo a la vez
estar protegido por mis amigos, estamos en una Ciudad distante al despelote de
las chupaderas, por más que por aquí trabajan también. Antes de llegar al encuentro,
desde las alturas Lambert me dice “Todo limpio Capitán”, yo observare de cerca
por las dudas, gracias amigo.
Con paso
firme y mirando la barra solo encontré de pie al inefable Cesar, politólogo y
buscador eterno de rosca; debía contar con él.
Al verme
llegar Remil amago con pararse a saludarme, pero lo limite a una pregunta ¿para
qué tanta intriga?. Mire Capitán su equipo me impresiono ayer, lo se le respondí
entre orgulloso, pero con ganas de reírme. Le confieso mi intención, tengo una misión
delicada y los necesito; tendremos que viajar pero es cuestión de Estado, deberé
hacer sus pasaportes, conseguir armas y alojarlos en un muy buen hotel, nuestro
destino es Nápoles.
Remil que
tenemos en común con Nápoles mis muchachos y yo? , usted sabe de tripular
barcos, sus amigos son peligrosos y ambos recordamos con cariño a Maradona. Mar
del Plata es una Ciudad desde donde salió un embarque de droga a través de un
Industrial de la pesca y debemos detener ese embarque.
Encendí un
cigarrillo, observe el dialogo de Cesar con Lambert Wisky de por medio y tire
una frase ¿“cuánto hay para mi gente y para mí?”, pensé en lo caradura de mi
postura, pero los tiempos son muy duros. Remil, mirando fijo al gancho que
utilizo como mano izquierda tiro “Un millón de Dólares “y desaparecen sus
causas en la piratería en forma definitiva.
El frio se
colaba por todos lados mientras me mandaba el último wisky y respondí y lentamente
por si no me entendía, tendré que convencer a mi gente; necesitaría un adelanto
para tentarlos y armas de inmediato, mi gancho al clavarse en la mesa era un
signo de poder. Y ¿cómo sé que esto no es una trampa de militares de la
inteligencia Argentina?, , a un Remil responde secamente, usted maneja a La
Parca, a un Fantasma y tiene un Comandante que tendrá su tropa diseminada por
Europa, sumado a esto un Periodista en búsqueda
de sangre fresca de Argentinos en el exterior. Pero somos gente de Inteligencia
y tenemos nuestros valores, usted es un adelantado, posee un Loro Francés que
desde los cielos le informa el estado de las cosas. , haremos un buen equipo,
mañana a esta hora los espero con su respuesta, apuramos otra copa y le dije a
Lambert, partamos amigo.
Cesar nos despidió
cálidamente al grito de “Viva Perón Carajo”, de esta forma regresamos a nuestro
hogar, mañana será un día clave.
Santiago L
Demaria
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