Militares y Militantes

Cuál era el hecho de que ingresara por esa puerta del Boliche de San Telmo algún integrante de un Falcón Verde?, tal vez la duda de que hacían estos tipos discutiendo . Sobre Borges y su esquina Rosada; esquirlas de un tiempo que paso. Estos tipos disfrazados de soldaditos nos harían preguntas las cuales a nosotros nada nos importaban, ellos también tenían miedo de encontrar a un loco de aquellos que sobraban. Antes defendían la teoría de la izquierda terrorista, simples cobardes que escondidos ponían bombas en cualquier lado y cada uno de ellos amaban al CHE, hijo abortivo de una generación tirada a la basura. Hace años se cayó el muro de Berlín, hasta Rusia dejo de ser lo que fue. Menos mal que contábamos con Remil que los suavizo y les presento a todo el equipo, el Fantasmita se reía sonoramente y los miraba haciéndole burlas sin que los pobres lo vean, eran ciegos a la verdad. No podrían diferenciar entre un chico villero de un político recalcitrante o un Dirigente Social. Solo recibían un positivo o negativo, un femenino o masculino; no se encontraban preparados como hoy para estar en boca de ladrones y delincuentes comunes. Lambert sobrevolaba el Falcón y descubría olor a pizza barata, el gran León escribía sus crónicas diarias y hoy podría hacerse un festín. De un golpe en la mesa Remil se identificó ante la patrulla y los milicos quedaron helados, ellos cuadrándose payasescamente no supieron como disculparse a causar esta molestia. Sepan señores que un operativo nos espera y no podemos perder el tiempo con ustedes. Desde ahora solo acataremos órdenes presidenciales y nuestros objetivos han de ser la persecución de la droga, el cuidado de las fronteras y la defensa de ataques extremistas provocados por potencias externas y manejos internos; nunca jamás el ataque a los Ciudadanos Argentinos que mantengan el orden y el respeto hacia el otro. Bien quien de ustedes se encuentra a cargo de esta patrulla ¿Sargento Balut Arena a sus órdenes. Dígame Sargento usted es francamente argentino?, si señor y orgulloso de servir a mi país. Bien, me sonaba a hijo de Evo, pero si usted lo dice y viste este sagrado uniforme así será. Mi nombre es Inspector General de Inteligencia Remil, provengo con mi gente de Paris con destino a Madrid. Le presentare a mi grupo de elite: Capitán Santamaría, hombre que gano sus galones en batalla y perdió sus miembros en otras, el afamado escritor León de La Vid quien ha narrado batallas de todo tipo y en varios países del orbe, solo maltratado por un amor a la cual pronto encontrara si de una caemos al mar fruto de algún ataque furibundo, por nuestro querido Brigadier Lambert, el cual se transforma en un avión no reconocido por nuestros enemigos, pues resulta más parecido a un loro que a una nave de guerra, entre sus costumbres esta la bebida pero lo tenemos controlado y quien se encuentra a su derecha el fantasma Saúl, casi Árabe, pero más argentino que el mate. Debemos concurrir con cierta urgencia a Olivos en donde nos espera el Señor Presidente, él nos ordenó la captura de un tal Cospelito, pero en el día de ayer ha recibido una amenaza de parte de una bola de grasa llamado Delia. Este sujeto tendría que estar entre rejas, pero en mi país, la Justicia brilla por su interés económico. Los militares no tenemos suficiente presupuesto para arreglarlos, es así que nos obligan a realizar otro tipo de tareas. Si es necesario Inspector lo custodiaremos, debemos enfrentar piquetes de gente rara, que vocifera que tiene hambre y se van de vacaciones a Miami. Docentes de licencia por enfermedad que envía certificados truchos desde Disney y otras alimañas extranjeras que viven de planes ilegales, este país está en llamas; pero estaremos presentes para luchar por la Democracia. Lo bueno de todo esto es que los misiles nos permitirán no realizar como antes una lucha cuerpo a cuerpo. Arrojamos un misil y se lo metemos por debajo de la silla mientras se encuentre comiendo un lechon. Bueno, muchachos vamos, que Dios y La Patria nos proteja.